Con 75 años, y tras haber recibido un balazo en la cabeza que lo dejó al cuidado de sus nietas, Caleb Lee se dispone a dejar por escrito sus memorias. Por primera vez pondrá sus recuerdos en orden, sintiendo que al hacerlo volverá a revivir aquellas gloriosas aventuras que comenzaron cuando contaba con tan solo 15 años. Exactamente, cuando oyó la proclama de que el general Braddock necesitaba voluntarios. O tal vez unas horas después, cuando se enteró que Shirley Vermon empezaba a tener ojos en otro muchacho que ya se había alistado como cadete en el ejército. Al final, Shirley entregaría su corazón al que obtuviera la mayor gloria en el campo de batalla. He ahí la mayor motivación para ser valiente y ganarle la guerra a esos malditos franceses.
Ya al frente de un reducido pelotón, conoce a Joe Flint, más conocido como “Ticonderoga”. Su primer encuentro no es muy amigable, pero más tarde ese muchacho de aspecto salvaje le salvaría la vida. Gracias a él, Caleb sobrevivió a todo su pelotón. Quizás ese fue el motivo principal que lo llevó a seguir a Ticonderoga sin dudarlo un instante. Con él, se zambulló de lleno en la vida de los bosques, haciendo nuevos amigos en el camino hacia territorio francés, donde Ticonderoga pretendía irrumpir en el Fuerte Niágara. Pero el destino siempre tiene planes diferentes. Especialmente, cuando la muerte de uno de sus amigos les baja la moral. Tanto, que deciden retornar a la vida tranquila, lejos de la guerra. Una decisión que no dura demasiado: pronto se embarcan en otra aventura que los separa al principio y luego los reúne en el castillo de Hendrick, con la sorpresa de que su amigo muerto en realidad no lo está.
Desde allí, el próximo objetivo será el Lago George, donde vencerán al ejército francés. Y donde Caleb rechazará la oportunidad de regresar al hogar para seguir viviendo aventuras junto a las personas más importantes del mundo: sus amigos.
Un joven que se alista en el ejército inglés para ganarse el corazón de una muchacha aunque en su lugar encontrará una vida de aventuras que lo atrapará para siempre.
Alias “Ticonderoga” o simplemente “Ticon”, un muchacho no mucho mayor que Caleb pero experto cazador y conocedor de los bosques. La amistad que los une los transformará en hermanos.
Un indio de origen incierto que se une al grupo. Su nombre puede traducirse como “el hombre que viaja” o “el fantasma que camina”.
Soldado a quien Ticonderoga se empeña en rescatar de los hurones aun sin conocerlo. Sus destinos quedan unidos de por vida.
Guión: Hugo Pratt
Dibujo: Héctor Germán Oesterheld
Con 75 años, y tras haber recibido un balazo en la cabeza que lo dejó al cuidado de sus nietas, Caleb Lee se dispone a dejar por escrito sus memorias. Por primera vez pondrá sus recuerdos en orden, sintiendo que al hacerlo volverá a revivir aquellas gloriosas aventuras que comenzaron cuando contaba con tan solo 15 años. Exactamente, cuando oyó la proclama de que el general Braddock necesitaba voluntarios. O tal vez unas horas después, cuando se enteró que Shirley Vermon empezaba a tener ojos en otro muchacho que ya se había alistado como cadete en el ejército. Al final, Shirley entregaría su corazón al que obtuviera la mayor gloria en el campo de batalla. He ahí la mayor motivación para ser valiente y ganarle la guerra a esos malditos franceses.
Héctor Germán Oesterheld Puyol (Buenos Aires, 23 de julio de 1919 desaparecido por la dictadura en 1977 y asesinado por los militares en19782 ) guionista de historietas y escritor de relatos breves de ciencia ficción, (cabe destacar que ademas de su calidad como cuentista se destaco como recopilador de los mejores cuentos de C.C.F.F.), y novelas, hijo de Fernando Oesterheld, de ascendencia alemana, y de Elvira Ana Puyol, de ascendencia española. Estudió y se graduó en la carrera de geología. Fanático de H. Melville y Joseph Conrad. Comienza su carrera es ...
Leer más