Hay veces que tomamos decisiones que nos marcan de por vida. No importa si somos jóvenes, de mediana edad o nos acercamos al fin de nuestros días. A Tagh, tal vez le pudo ocurrir al recordar lo que comenzó ese día en que las usuales tormentas de viento le regalaron una mujer-pájaro. Siguiendo las costumbres de su pueblo, Tagh procedió a “domarla”, un burdo eufemismo para justificar la violación. Esa misma costumbre le obligaba a matarla allí mismo. Pero no pudo y la llevó consigo, desencadenando una serie de eventos que descubrirían la verdad de ese mundo que habitan y llaman Rogha.
La mujer-pájaro huirá llevándose consigo a la primera mujer de Tagh. La humillación cae sobre Tagh y los guerreros de su pueblo se unen para darle caza a la bruja del aire. Pero algo sale mal y el propio Tagh es dado por muerto. Sin embargo, Tagh no desistirá y su búsqueda de venganza pronto se transformará en una aventura motivada por el amor. Las idas y venidas al pueblo de las mujeres-pájaro, la prueba de valor y el hallazgo de una entidad que regula los recursos naturales para no dejar morir el mundo que habitan harán que Tagh pruebe su valía como guerrero. Y como la última esperanza de un mundo que agoniza.
Porque la estirpe de Tagh es heredera de aquella que se inició con Henga y su hijo Hor, tal como lo prueba el disco metálico que su hermano mayor le entrega en agradecimiento. Y, conscientes de un mundo que aguarda más allá de las estrellas, partirán buscando la ayuda de aquellos que abandonaron Rogha. Rogha, el mundo que alguna vez llamamos Tierra.
Un bravo cazador de Rogha, un salvaje. Y sin embargo, comenzará a cuestionar el mundo en que vive. La eterna disconformidad que hace avanzar al espíritu humano.
Una amazona del aire, mejor conocidas como mujeres-pájaros. Iba a ser consagrada como sacerdotisa de la Diosa Madre, pero al ser mancillada por Tagh se encuentra que su destino es otro: amar al hombre que le arrebató las certezas de su mundo.
Organismo cibernético encargado de mantener el equilibrio de los elementos en la moribunda Tierra. Primero enemigo y luego aliado incondicional.
Hermano mayor de Tagh y jefe del pueblo. Tiene una relación complicada con su hermano, pero finalmente hacen las paces.
La primera mujer de Tagh, que es seducida por Fulvia para ayudarle a escapar.
Guión: Alfredo J. Grassi
Dibujo: Juan Zanotto
Hay veces que tomamos decisiones que nos marcan de por vida. No importa si somos jóvenes, de mediana edad o nos acercamos al fin de nuestros días. A Tagh, tal vez le pudo ocurrir al recordar lo que comenzó ese día en que las usuales tormentas de viento le regalaron una mujer-pájaro. Siguiendo las costumbres de su pueblo, Tagh procedió a “domarla”, un burdo eufemismo para justificar la violación. Esa misma costumbre le obligaba a matarla allí mismo. Pero no pudo y la llevó consigo, desencadenando una serie de eventos que descubrirían la verdad de ese mundo que habitan y llaman Rogha.
Nació en San Vicente, Santa Fe, el 9 de julio de 1925 Guionista, escritor, traductor, poeta, cineasta y periodista argentino. Comenzó a publicar en 1946 (con el seudónimo Fred W. Seymour, que seguiría utilizando durante muchos años); se trataba de una novela policial breve, el primer capítulo de la novela "Quedaron tres tumbas en Venus", que por la desaparición prematura de Centuria no pudo aparecer en forma completa hasta casi veinte años más tarde. Desde 1952 colaboró en la revista Bucaneros, y luego en las editoriales Columba y Récord, entre muchas otras, usando varios ...
Leer másNació en Cuceglio, Italia, en 1935 y llegó a la Argentina en 1948. Su vocación por el dibujo lo impulsó a seguir el curso de Carlos Clémen publicando sus primeros trabajos en las revistas Tatín y El Fantasma para luego, en 1953, realizar “Rick de la Frontera” enAses del Oeste (Códex) con guión de Alfredo Grassi. Por esa época trabajaba como dibujante, armador y retocador de Publicaciones Universales, la división de Editorial Codex dedicada a revistas de historietas. Otro paso importante en los inicios de su carrera es “El mundo del hombre rojo”, serie basada en le ...
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