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Historia

Un día, sin saber muy bien el porqué, el periodista Ian O’Kee decide escribir sus memorias. Sentado en su departamento de París, comienza a recordar anécdotas de la Segunda Guerra Mundial. Anécdotas que vuelca no sin cierta melancolía, afectado por la niebla del tiempo, por los innumerables “pudo ser” de cada una de aquellas personas que conoció durante esa época tan terrible, en la que su profesión lo convirtió en corresponsal de guerra.
Empieza contándonos sobre el día que los aliados recuperan París de manos de los “boches”, allá, en el ahora lejano 1944. Aunque el verdadero protagonista es el fusilero André Prevant, un hombre que dejó a su esposa esperando por una botella de vino burdeos para unirse al ejército. Cuatro años después, regresaba para quitarle la ciudad a los alemanes y con el anhelo de reencontrar a su esposa. Pero el destino no lo permite, los alemanes tienen suerte y con un disparo certero detienen el avance del tanque donde iba André. Cuando el combate finaliza, y los aliados recuperan triunfales la ciudad de París mientras entonan “La Marsellesa”, Ian encuentra la botella de vino en los restos del tanque y decide cumplir la tarea que André se había prometido.
En cada entrega, un recuerdo diferente, siempre teñido por la profunda melancolía que genera, tras el paso de los años, tanta muerte sin sentido. Siempre impregnadas de los matices que la naturaleza humana le aporta al pelear o morir de la guerra.