Catálogo

Historia

Desde los remotos tiempos de Ricardo Corazón de León siempre hubo algún miembro de la familia Mac Enroe batiéndose estoicamente en alguna batalla, en algún rincón del mundo. Derek estaba convencido que él nunca ocuparía uno de esos solemnes retratos que tapizaban el corredor. Claro que eso no le importó hasta que se enamoró de Sally Winters y tuvo que enfrentarse a sus otros pretendientes. Bueno, enfrentarse es una forma de decir: Derek detestaba la violencia. Su familia se avergonzaba de él, por lo que tomó la drástica decisión de huir de todo lo que representaba su familia y la sociedad europea para embarcarse hacia el Nuevo Mundo y encontrarse a sí mismo.
Sin embargo, Derek descubre que la violencia es algo inherente al ser humano, algo de lo que era fácil escapar allá, en su Inglaterra natal, pero que en América puede ser la diferencia entre vivir o morir. Su primera muerte, la que definitivamente lo transformó en otra persona, lo llevó a un poblado sioux. Y la masacre de sus habitantes lo dejó como un paria en los bosques. Pasó mucho tiempo recorriendo los senderos nevados, viviendo aventuras inimaginables en los libros de su biblioteca.
Pero llega el momento en que se pregunta si eso es todo: vagar por los bosques, esperando encontrarse con un desafío que le proporcione la certeza de que finalmente se ha convertido en un hombre. Otra vez el destino lo lleva a una taberna donde traba amistad con unos balleneros sin barco, señalados como de mala suerte. Y como si la presencia de Derek rompiera esa maldición, ese grupo de hombres a los que ahora está unido son contratados de nuevo por el capitán del Teseo.
Tras un tiempo enfrentándose a la naturaleza, Derek conoce el amor. Ese, el que no puede olvidarse a pesar de todo. Pide su mano y como respuesta recibe un desafío a un duelo. Pero solo cuando haga justicia tras la muerte del padre de se amada, Derek finalmente conocerá la felicidad de ser un hombre digno de sí mismo.