Desde pequeño, Tom Greely ha soñado con volar. Por eso ni dudó enlistarse durante la Primera Guerra Mundial y convertirse en piloto como su héroe, el mayor Feversham. El destino, la suerte, o lo que sea y como quieran llamarle, lo destinó a la Base 86 de la Royal Flying Corps. Allí conoce en persona a su ídolo, y hasta comparte el cielo con él durante su bautismo de fuego. Sin embargo, su héroe parece no registrar su presencia. Y cuando finalmente lo hace, no reconoce su valentía al derribar unos aviones alemanes. En cambio, felicita a su compañero, el cobarde, atribuyéndole su hazaña. Tom es un novato, valiente, sí. Pero todavía debe aprender los códigos de conducta de los pilotos. Cuando comprende que entre ellos no hay cobardes, recién allí parece ingresar al mundo del mayor Feversham.
Tom va creciendo como piloto, a la par que crece como persona. Poco a poco va dejando de ser el piloto novato y empieza a ser tomado en serio cuando él solo se enfrenta al temido Manfred von Richthofen, el Barón Rojo. Las circunstancias lo llevan a ser su prisionero y hasta a batirse en un duelo aéreo. Duelo que queda interrumpido por cuestiones de honor. No es la última vez que crucen sus caminos en los cielos de Europa. Y la comprensión de cuál es el verdadero enemigo de los pilotos, más allá de los circunstanciales en una guerra, lo hace abandonar para siempre su condición de novato.
Hijo de un explorador británico en la India, siempre ha soñado con volar. Y se convierte en un excelente piloto.
Jefe de operaciones en la Base 86, asume un rol protector con Tom al verlo tan entusiasta.
Un personaje cínico y distante, pero que se preocupa por sus compañeros.
El Barón Rojo, piloto alemán que se ha forjado una temida reputación entre los británicos. Sin embargo, le da lecciones de honor a Tom.
Guión: Ray Collins
Dibujo: Víctor Hugo Arias
Desde pequeño, Tom Greely ha soñado con volar. Por eso ni dudó enlistarse durante la Primera Guerra Mundial y convertirse en piloto como su héroe, el mayor Feversham. El destino, la suerte, o lo que sea y como quieran llamarle, lo destinó a la Base 86 de la Royal Flying Corps. Allí conoce en persona a su ídolo, y hasta comparte el cielo con él durante su bautismo de fuego. Sin embargo, su héroe parece no registrar su presencia. Y cuando finalmente lo hace, no reconoce su valentía al derribar unos aviones alemanes. En cambio, felicita a su compañero, el cobarde, atribuyéndole su hazaña. Tom es un novato, valiente, sí. Pero todavía debe aprender los códigos de conducta de los pilotos. Cuando comprende que entre ellos no hay cobardes, recién allí parece ingresar al mundo del mayor Feversham.
Eugenio Juan Zappietro, más conocido como Ray Collins, es un policía y escritor argentino (Buenos Aires, 28 de noviembre de 1936). Dirigió el Museo Policial de su ciudad natal. De profesión policía, Eugenio Zappietro comenzó su carrera como guionista y escritor a los 23 años, animado por Julio Aníbal Portas, de Editorial Abril, quien le sugirió que usase un seudónimo estadounidense. Hugo Pratt le encargó su primera serie policial, Precinto 56, que dibujó José Muñoz. En 1967 fue finalista en el Premio Planeta de España con su novela Tiempo de morir. Es contratado por ...
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