Cuando la quinta prostituta apareció muerta, Allan decidió tomarse la situación como algo personal. ¿Qué clase de monstruo va por la vida matando para sentir placer? Y Allan es policía, lo que significa que nadie estaba presionándolo demasiado para encontrar al responsable. Sobre todo por los rumores que corrían sobre los nombres importantes en las redes de prostitución. Parecía que a nadie le importaba, salvo a él. Sin embargo, su preocupación llegó tarde: esas mujeres le importaban a alguien más. A sus compañeras de trabajo, por empezar. Y entre ellas, a la Dama, la más vieja y sabia de todas ellas. Ella necesita establecer un límite. Ella quiere venganza.
Y mientras la policía investiga a su manera, y a su ritmo, la Dama financia el entrenamiento y la preparación de cuatro chicas para que se ocupen del problema. Los rufianes importantes sienten que algo se está gestando y quieren saber qué es. Allan también. Es un buen policía y quiere justicia. Pronto entiende que ya no es posible, que se ha cruzado un límite y se debe cobrar con sangre.
Cuatro prostitutas emprenden una cruzada para acabar con la organización de Albert Loptzik, un criminal que ha organizado una red de esclavas a las que vende como si fueran pañuelos descartables. Por supuesto que el reinado de semejante personaje llega a su fin y la banda de brujas deja un rastro de sangre difícil de ignorar.
Allan ha descubierto quién está bajo la máscara de la líder de ese grupo vengador. Pero encerrarla solo serviría para alimentar un hipócrita sentido de la justicia. Además, ya no podría estar cerca de ella otra vez.
Detective de homicidios. Recientemente ha sufrido un impacto emocional durante un tiroteo y cree que hallando al asesino de prostitutas encontrará algo de paz.
Un prostituta de alta sociedad, muy amiga de Allan. Quizás podría nacer entre ellos un romance, pero llevan muchos traumas a cuestas.
El compañero de Allan. Un policía más, pero dispuesto a dar la vida por su amigo.
Algo así como la Gran Madrina de las prostitutas. Ella es el cerebro tras la banda de brujas.
Son las chicas reclutadas por Kimberley para formar el grupo comando que busca vengarse de los asesinos de prostitutas.
Son los esbirros de Loptzik que manejan los antros donde cualquiera que pague lo suficiente puede hacer lo que desee con una de las chicas.
Líder de una red de tratas que las considera menos que ganado.
Guión: Eduardo Mazzitelli
Dibujo: Carlos Gomez
Cuando la quinta prostituta apareció muerta, Allan decidió tomarse la situación como algo personal. ¿Qué clase de monstruo va por la vida matando para sentir placer? Y Allan es policía, lo que significa que nadie estaba presionándolo demasiado para encontrar al responsable. Sobre todo por los rumores que corrían sobre los nombres importantes en las redes de prostitución. Parecía que a nadie le importaba, salvo a él. Sin embargo, su preocupación llegó tarde: esas mujeres le importaban a alguien más. A sus compañeras de trabajo, por empezar. Y entre ellas, a la Dama, la más vieja y sabia de todas ellas. Ella necesita establecer un límite. Ella quiere venganza.
Nació en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1952. Inició su carrera en la Editorial Columba. Su primer guión publicado se llamó “El crimen del río” y fue publicado en la revista Fantasía, de Editorial Columba. Más tarde, gracias a la intervención del dibujante Gerardo Canelo, le avisó que Alfredo Scutti, director de Ediciones Récord, estaba buscando guionistas. Sus guiones gustaron y se publicaron tanto en la Skorpio argentina, como en la versión italiana editado por la entonces Eura Editoriale. A partir de los años 90' ha realizado una ...
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