Quizás sea la falta de inspiración que sufre el poeta Percival, la vehemencia con que expresa sus reclamos al universo por no tener el talento de Shakespeare, o la sencilla casualidad de estar en el lugar exacto en el momento adecuado lo que lo sumergen en el Laberinto, esa mágica encrucijada donde la fantasía es la única realidad y todas las historias son posibles. Allí conoce a Oberon, el rey de las hadas, quien se convierte en el guía de aquella maraña de ficciones y realidades en la que se mezclan los personajes de Shakespeare, el Quijote, la fabulosa ballena blanca y el holandés errante. Así se encuentran a Reynard, el rey de los zorros, un viajero que como ellos, también está buscando una salida.
Los mundos que conforman el Laberinto son infinitos y en ellos se mezclan la poesía, la locura y todas las pasiones humanas que son el motor de todas las historias, las contadas y las que todavía aguardan ser contadas. En ellos, los viajeros atentos pueden encontrar las respuestas que han estado buscando toda su vida. O tal vez encuentren una larga serie de preguntas que, si se piensa seriamente y en profundidad, es una manera de hallar las respuestas que nunca se han preocupado en buscar.
La travesía ha resultado enriquecedora para Percival, pues lo ha transformado en el poeta que soñaba ser. Incluso escribió un diario de sus viajes por el Laberinto. Sin embargo, jamás lo compartió con nadie. Él sabe que nunca escribirá su última página, que siempre hay una aventura más.
Un poeta atormentado, como todo artista, por la elusiva inspiración.
El rey de las hadas, quien debe recuperar el oro robado a su esposa Titania y cuyo fracaso le merece un destierro temporal.
Rey de los Zorros, a quien le gusta juntarse con las personas. Quizás el único conocedor de los intrincados recovecos del Laberinto.
Un innumerable desfile de celebridades extraídas de la literatura, la música y el arte pueblan las páginas de las aventuras vividas en el Laberinto.
Guión: Eduardo Mazzitelli
Dibujo: Enrique Alcatena
Quizás sea la falta de inspiración que sufre el poeta Percival, la vehemencia con que expresa sus reclamos al universo por no tener el talento de Shakespeare, o la sencilla casualidad de estar en el lugar exacto en el momento adecuado lo que lo sumergen en el Laberinto, esa mágica encrucijada donde la fantasía es la única realidad y todas las historias son posibles. Allí conoce a Oberon, el rey de las hadas, quien se convierte en el guía de aquella maraña de ficciones y realidades en la que se mezclan los personajes de Shakespeare, el Quijote, la fabulosa ballena blanca y el holandés errante. Así se encuentran a Reynard, el rey de los zorros, un viajero que como ellos, también está buscando una salida.
Nació en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1952. Inició su carrera en la Editorial Columba. Su primer guión publicado se llamó “El crimen del río” y fue publicado en la revista Fantasía, de Editorial Columba. Más tarde, gracias a la intervención del dibujante Gerardo Canelo, le avisó que Alfredo Scutti, director de Ediciones Récord, estaba buscando guionistas. Sus guiones gustaron y se publicaron tanto en la Skorpio argentina, como en la versión italiana editado por la entonces Eura Editoriale. A partir de los años 90' ha realizado una ...
Leer másNació en Buenos Aires, Argentina, 26 de febrero de 1957 Historietista e ilustrador argentino conocido principalmente por su imaginería fantástica y surrealista, inspirada fuertemente por la mitología y los relatos folklóricos. Ha trabajado para el mercado historietístico de su país, como así también para el europeo y norteamericano. Desde pequeño, Enrique se interesó por la historieta. Dibujante autodidacta, entre sus influencias se cuentan a: Carmine Infantino, Gil Kane, Jack Kirby, Lucho Olivera y Barry Windsor Smith. Comenzó su carrera profesional en Ediciones R ...
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