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Historia

Aquel viaje no resultó como Erik esperaba. Su drakkar no soportó esa última tempestad y acabo hundiéndose en aquellas aguas desconocidas. Afortunadamente las tumultuosas aguas lo llevó, junto a otros sobrevivientes, hacia tierra firma. Claro que la buena fortuna duró bastante poco: nativos armados y amenazantes los tomaron prisioneros. No podían comprender lo que decían, pero tampoco hacía falta mucha imaginación para entender que estaban siendo ofrendados a un monstruo evadido de alguna pesadilla. Y aunque la bestia ya comenzaba a alimentarse, quedó claro que Thor todavía velaba por ellos: la tormenta se volvió brutal y la tierra tembló. La montaña abrió su boca y vomitó ríos de lava. Solo Erik y el fiel Gunt lograron llegar a una de las balsas y escapar de los demonios que habitaban en la isla que los españoles nombrarían siglos después como Pascua.
Las corrientes marinas lo llevan hacia otra costa, donde hallan una ciudad construida en oro. Y el oro puede volver loco a cualquier hombre, no importa la época, la crisis, o la amistad. Lamentablemente, eso es lo que sucede con Gunt: fascinado por la codicia, sucumbe a la maldición de aquel lugar. Para cuando Erik lo encuentra, Gunt ya es una estatua dorada más en aquella silenciosa ciudad.
Ahora está solo. Debe confiar en sus instintos si quiere sobrevivir a esa eterna tormenta de nieve. Cada día, Erik se convence de que algún dios está cuidándolo. Por eso agradece el encontrar aquella caverna donde puede encender un fuego y tratar de seguir vivo. La luz de las llamas descubre algo escondido en el hielo: una mujer que ha sobrevivido de milagro. O no. Pronto descubre que se trata de otro demonio bebedor de sangre, una leyenda de sus tierras que aquí ha resultado muy real.
Erik no pierde las esperanzas de hallar el camino de regreso. Pero solo, perdido entre los bosques que le recuerdan su tierra natal, con un frio más intenso del que conoció se torna difícil. Entonces se le presenta un animal como nunca ha visto. Decide seguirlo y llega ante el Oráculo, una bella mujer que le revela un futuro de gloria y penurias, de un amor como ningún hombre ha conocido. Erik no duda, debe partir para encontrar el destino prometido. Y sin embargo, una pregunta lo atormenta: ¿es eso lo que realmente quiere?
La bella pitonisa no se sorprende al verlo regresar. Después de todo, ella ve el futuro. Y recién cuando Erik la rodea con sus brazos, con la voz entrecortada por el deseo, le revela que puede llamarla Casandra.